La Habana en este 2019 no ha dejado a nadie indiferente. La ciudad ha convocado a lo grande y cada quien ha hecho lo suyo por el 500 aniversario. Diversos colectivos, empresas y ciudadanos han homenajeado a La Habana por su cumpleaños y el espíritu de la ocasión está llamado a ser duradero. ¿Qué lecciones ha dejado entonces la celebración?
Pasaron muchas cosas, todo cuanto ocurría antes del 16 de noviembre de 2019 parecía tener sentido para y por el 500 aniversario de La Habana. Para muchos se trató de montarse en el carro, para otros de lograr un verdadero impacto, un regalo a La Habana multiplicado.
La experiencia de EBM en el mercado cubano puso en valor la necesidad de contar las historias en torno a esos procesos que se gestaron a lo interno de las empresas y que debían terminar en homenaje, según interpretación e intereses de cada coletivo. La celebración del 500 de la capital cubana es un buen ejemplo para comprender la importancia de hacer y saber cómo contarlo.
De la avalancha de acciones del año ligadas al acontecimiento pocas alcanzaron notoriedad suficiente para quedar en la memoria y acaparar titulares en los noticiarios. De ahí la importancia de pensar estratégicamente, no improvisar en el intento de aprovechar “la coyuntura” y plantearse acciones que por sus valores compartidos puedan, definitivamente, dar el gran salto y conectar a la empresa con sus públicos objetivos.
Vimos un perfume dedicado a La Habana, síntesis de aromas de Suchel Camacho, las botellas de Heineken, con diseño exclusivo u otras bebidas como Bucanero o TuKola. Habana Club hizo una edición especial para La Habana, con su elixir 1519, Cubaron, también sacó un ron exclusivo, La Giraldilla… la lista es larga.
La cadena hotelera Iberostar logró lo que pocos en este 2019 en el sentido estratégico de la comunicación, porque articuló una campaña en torno al 500 aniversario activa durante todo el año para llamar la atención sobre el privilegio de sus instalaciones en La Habana. Una primera etapa inspiracional de la campaña buscó evocaciones compartidas y una segunda, llamó la atención sobre las experiencias únicas que es posible vivir en La Habana a través de eventos.
Los eventos, que en sí mismos se convirtieron en noticia, durante esta segunda etapa le pusieron cuerpo a La Habana y llamaron a descubrir su potencial desde cualquier punto del planeta. Las artes fueron un vehículo ideal y por tanto, la pintura, la música, la moda, el deporte, los autos clásicos en el entorno citadino, articulados en una buena estrategia del equipo marketing Cuba y de la mano nuestra, llevaron a buen término la idea para demostrar nuestra tesis y darnos la razón.
Saber contar, pensar en mensajes que puedan amplificarse en los múltiples canales, generar contenido de valor para tus públicos, combinar acciones, planificarlas estratégicamente… el 500 aniversario de La Habana nos deja muchas lecciones y ejemplos de buenas prácticas.