En un Festival que dice la verdad es lógico que las mejores piezas sean las más premiadas, no siempre pasa, ya sabemos. Para sorpresa de la mirada cubana allí, esas campañas publicitarias multipremiadas no fueron por trillados caminos de los valores del producto o las diferencias con otros de la competencia. No se trata de “compre esto u o lo otro, que es lo mejor”, sino de esta marca es la mejor, no solo por la calidad del producto, sino por su compromiso con su entorno, con la sociedad, con el mundo.

Ángel Bartolomé, director del Máster del CEU de Publicis Groupe durante su charla en El Sol 2018.

Concordaremos con que este es un discurso perfecto para Cuba, un país que pone al hombre en el centro de sus prioridades, pero que también necesita inversión extranjera para mejorar su maltrecha economía. Comunicar y hacerlo bien, con ingenio y destacando valores que pueden ser útiles para los potenciales consumidores fue la clave triunfante y desde esa otra mirada. Obvio que el objetivo final es la compra para el bien del negocio, pero si no, igual  la gente puede beneficiarse de los fondos destinados a las campañas de responsabilidad social corporativa.

La 33 edición del Festival Iberoamericano de Comunicación Publicitaria, que tuvo lugar en Bilbao del 31 de mayo al 2 de junio último, dejó muy claro esa tendencia global y confirmó lo que se sabe: Una buena campaña pasa por tener esencialmente una gran idea y talento capaz de desarrollarla. Decir lo que hay que decir y algo más. Muchos ejemplos entre las piezas participantes demuestran lo esencial de esto último para comunicar bien y lograr resultados para el cliente y la agencia.

Campaña para Burger King ganadora del Sol de Platino.

La campaña más premiada, por ejemplo, logró que Burger King en 35 países llenara sus restaurantes de payasos el día de Halloween con una gráfica coherente, una cobertura digital total y el respectivo aporte de credibilidad con la espontaneidad de la gente.  La iniciativa tiró por tierra, de paso, la imagen del “payaso amante de los niños” de Ronald McDonald’s. Una idea reflejada en todos los soportes que arrasó literalmente en el Festival. Lola MullenLowe, la agencia a cargo, fue la más premiada de El Sol y esa Campaña “Scary Clown Night”, se llevó el codiciado Sol de Platino, el máximo galardón del evento.

Otras campañas demostraron el éxito de la apuesta por los temas que conectan desde el aporte social. En ese apartado destacaron las piezas  de Samsung, el anunciante del año en El Sol. Desde el aporte de la marca a la lucha contra el ELA hasta la reflexión en torno a la igualdad de género.  También llamó la atención de la Unicef del jurado y de EBM aquella que logró un cambio de ley para impedir el casamiento de menores en República Dominicana y todo ello a través de una novela (La Peor Novela), género muy popular en Latinoamérica.

EBM participó en la 33 edición de El Sol.

Con los mitos deshechos y una clara idea de las infinitas posibilidades de la Comunicación El Sol dejó huellas. La apuesta de EBM Marketing Solution por Cuba desde hace 14 años también da cuenta de su responsabilidad en el país elegido y prueba la seguridad de que esta isla también brillará en Publicidad y ya no en un futuro lejano.  De vuelta a La Habana, una certeza: la luz de El Sol no nos encandiló y sí nos dejó el zurrón lleno de inspiraciones, porque en esta isla el talento sobra para tomar de esa luz y convertirla en arcoíris, o mejor aún, en buenas campañas que puedan llegar al Sol.