Cuba anunció recientemente que arribaba a su turista 3 millones con 75 días de antelación. Le preguntamos a nuestro asesor para Inteligencia de Negocios si en el contexto cubano, y más allá de números, el turismo debe seguir siendo uno de los sectores decisivos de la economía cubana. Esto fue lo que nos dijo Juan Triana, Doctor en Ciencias Económicas y Titular del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana.
Cuba fue, es y será un destino turístico preferido. Tiene ventajas naturales y adquiridas para seguir siéndolo y no hay porque mirar al turismo como algo pasajero, o “de poca monta” o como un sector que nos condena a vivir de esas llamadas “ventajas naturales”. Lo que no debemos es atarnos a esas ventajas naturales. De la misma forma, también desde mi desconocimiento, creo que la meta estratégica del ministerio del Turismo debe ser mejorar su posicionamiento en la cadena valor de este servicio global. Esto es, pasar de recibir turistas a “diseñar” y “vender” know how turístico, sin dejar de recibir turistas.
Comparado con la dinámica de esta industria a escala mundial, Cuba ha sido en los últimos tres años uno de los destinos que más crece, sino el que más.
El Turismo debe ser uno de los motores (no el único) del crecimiento económico futuro, sin dudas e incluso en una proyección mucho más modesta de crecimiento. Pero para ello el turismo necesita de Cuba. Si solo pudiéramos producir el 40% de lo que necesita una habitación de un hotel cinco estrellas y el 60% de lo que un turista consume en nuestros hoteles el impacto del turismo fuera mucho mayor.
Para ello lo más importante es lograr un mayor “efecto multiplicador” del mismo sobre la economía y una mejor inserción de los territorios (y de los gobiernos provinciales y locales) en los programas de desarrollo turístico. Pongamos un ejemplo muy cuestionado, el de los cruceros; un crucero de 2000 pasajeros que toca puerto cubano y hace overnight, necesita al menos 2 desayunos (4 000 mil desayunos), 8 comidas (16 000 comidas), probablemente unos 3 litros de agua de beber (6 000 litros) y una cantidad difícil de calcular de refrescos, cervezas y jugos naturales. Multipliquemos esto por la cantidad de cruceros y veces que tocan puerto y tendremos una enorme demanda hacia la economía nacional. No he contado los servicios asociados a la basura y los desperdicios en general, que son un gran negocio. Así que, el turismo nos ha puesto los cruceros en los puertos, queda a los Ministerios que son los dueños de las empresas aprovechar la oportunidad, ¿lo hacen? ¿Tienen alguna proyección al respecto?
Activar (reactivar) el sistema de financiamiento que estimula a las empresas nacionales, a todas, estatales, cooperativas, sector privado, a producir para el turismo en competencia con los suministradores extranjeros podría contribuir con mucho a que el turismo tenga un mayor efecto sobre la economía nacional.
Y claro, hay que mejorar los incentivos al trabajador turístico, no puede ser que quienes trabajan en este sector no reciban los incentivos correspondientes.
Sin embargo, nuevamente la variable Administración norteamericana vuelva a ser relevante. El Gobierno de Trump ha anunciado medidas que pueden afectar la dinámica del turismo, en especial en el sector privado y sobre todo en algunos polos turísticos, como La Habana, Trinidad, Viñales, y en general en las ciudades y capitales del país, pues una parte de los visitantes de Estados Unidos practican esa modalidad conocida como “turismo de ciudad”. No obstante pienso que en el mediano plazo, las compañías que hoy están involucradas en el movimiento de visitantes norteamericanos a Cuba encontrarán la forma de compensar semejantes medidas.